Las elongaciones son estiramientos que se realizan en diferentes posiciones, con el fin de aumentar o recuperar la flexibilidad de las articulaciones y músculos. Existen 2 tipos de elongación, la activa o dinámica y la pasiva o estática, que explicaremos a continuación:
Activa o dinámica:
Se le denomina de esta manera porque el músculo se estira con movimiento o rebotes. La movilidad articular se encuentra dentro de este tipo, que es cuando movemos las articulaciones en forma de círculos.
Pasiva o estática:
En este tipo de elongación se mantiene el músculo estático en una posición de estiramiento durante un periodo de tiempo determinado. Es el más utilizado hoy en día, ya que el dinámico es más propenso a causar lesiones. Tiene como fin llegar a estirar el músculo en su punto máximo.
¿Cuándo elongar?
No existe una regla igual para todos. En el caso de algunos deportes, como la gimnasia rítmica, se requiere una elongación previa, lo cual ayuda en los ejercicios que se realizarán luego. Pero en otros, la elongación previa no ayuda al ejercicio posterior, ya que en esos casos, lo ideal es hacerlo cuando ya se haya efectuado la actividad física y los músculos se encuentren calientes. Por ejemplo, en el caso de los corredores.
Un aspecto muy importante a considerar cuando llevemos a cabo estos estiramientos es que NO se debe sentir dolor; si esto sucede, entonces se debe parar y no continuar, porque podría tratarse de una lesión y se agravaría al exigir más.
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